Al elegir una fuente de proteína magra, el pavo y el pollo se encuentran entre las opciones más populares, cada una con beneficios nutricionales únicos. A continuación, comparamos ambos en términos clave para destacar por qué el pavo puede ser ideal para una dieta saludable y equilibrada.
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Contenido de grasa
La pechuga de pavo es ligeramente más baja en grasa que la de pollo, con aproximadamente 1 gramo de grasa por cada 100 gramos en comparación con los 2-3 gramos del pollo. Para quienes buscan reducir su consumo de grasas, el pavo es una alternativa más ligera. -
Aporte de proteínas
El pavo ofrece una ventaja al contener alrededor de 30 gramos de proteína por cada 100 gramos, en comparación con los 25 gramos del pollo. Esto convierte al pavo en una excelente elección para maximizar la ingesta proteica y promover el mantenimiento muscular. -
Vitaminas y minerales
Ambas carnes son ricas en vitaminas del complejo B, pero el pavo se destaca en micronutrientes como el selenio, un antioxidante importante, y el zinc, que es esencial para la inmunidad. -
Calorías
El pavo tiene un aporte calórico más bajo, con 135 calorías por cada 100 gramos frente a las 165 calorías del pollo. Esto hace que el pavo sea una opción ideal para quienes buscan controlar su ingesta calórica. -
Versatilidad culinaria
Ambas carnes son versátiles, pero el pavo tiene un sabor más neutro y, si se cocina adecuadamente, mantiene su jugosidad con menos grasa.
Conclusión: ¿Por qué elegir el pavo?
El pavo es una opción más baja en grasa y calorías que, además, ofrece proteínas y nutrientes esenciales como el selenio y el zinc. Ya sea para cuidar tu figura o mejorar tu nutrición, el pavo es una excelente alternativa que se adapta a cualquier receta deliciosa y saludable.